Una vez más, una situación normal en una escuela católica en el Estado indio de Madhya Pradesh está siendo instrumentalizada por los fundamentalistas hinduistas para crear discordia. El obispo Mons. Athikalam declaró que se trata de una «violencia vergonzosa contra mujeres que han servido a la comunidad durante cincuenta años, trabajando por el crecimiento de la nación».
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