23/12/2024

Pedro Sánchez alaba a esta científica Premio Nobel que reparte los cantorales en su parroquia

Este jueves 28 de septiembre, el CSIC premió con su Medalla de Oro a la científica canadiense Donna Strickland. El CSIC es el mayor organismo de ciencia e investigación en España (y, como ya contamos en ReL, fue creado por católicos fervientes).

A la entrega de la Medalla, la mayor distinción del CSIC, acudió la ministra de Ciencia en funciones, Diana Morant, que alabó a Strickland por su “hambre por seguir ofreciendo respuestas al mundo”. Eloísa del Pino, presidenta del CSIC, la consideró como «una científica de la luz» cuyas investigaciones han ayudado contra enfermedades oculares. Y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibió a la científica y la alabó por Twitter: «Mujeres como ella son un gran ejemplo para miles de niñas y jóvenes», publicó.

Pedro Sánchez presume de hablar con la Nobel de Física Donna Strickland (que reparte los cancioneros en su parroquia en Canadá y canta en el coro parroquial).

Strickland, que ya recibió el Nobel de Física en Estocolmo en 2018, es premiada por el CSIC por «sus descubrimientos en el campo de la óptica, que han supuesto un importantísimo avance, tanto desde el punto de vista conceptual, como aplicado». La candidatura la impulsó la Comisión Mujeres y Ciencia del CSIC, que cumple 20 años de funcionamiento.

Una científica cristiana, asidua en su parroquia

Donna Strickland es cristiana practicante, feligresa asidua en su parroquia protestante de la United Church de Canadá. En varias ocasiones ha contado que en su parroquia reparte cancioneros, canta con fuerza en el coro y se asegura de revisar que se apagan todas las luces al finalizar el servicio. Su marido, ingeniero eléctrico, es judío. Con frecuencia ella lo acompaña a la sinagoga, y él al culto protestante.

Vídeo con el acto de entrega de la Medalla del CSIC a Strickland:

La doctrina moral de la United Church de Canadá es bastante incompatible con la Biblia, el catolicismo y la mayor parte del protestantismo (por ejemplo, celebran matrimonios del mismo sexo), pero en lo que respecta a teología natural (contemplar la naturaleza para entender al Creador) Strickland suele plantear preguntas interesantes.

«A menudo me siento aquí, en la iglesia, y pienso: ¿por qué la gente se agobia en esta Tierra que da vueltas alrededor del sol, que no es más que una mota de polvo en este bendito universo? Somos tan insignificantes y aún así seguimos pensando que somos importantes», explicaba a un medio canadiense. «Así que tengo que pensar que hay alguna razón para que nosotros, motas de polvo, estemos en esta otra mota en esta cosa gigante. Me preguntó Qué hay ahí fuera que quiso que esto sucediera».

En un reportaje de 2018 en Broadview explicaba que el universo, el amanecer y la naturaleza, le causan admiración. «Llámalo Madre Tierra, o Dios, o lo que sea. Yo probablemente lo llamaré Dios, porque es una palabra tan buena como cualquiera. Pero ¿tengo mi propia imagen de Dios? Creo que no. Pienso que es la Creación misma, o algo. Hemos tenido la misma energía desde el Big Bang. ¿De dónde vino la energía? No lo sabemos. Quiero maravillarme ante eso».

El 2 de agosto de 2021 el Papa Francisco nombró a Strickland miembro ordinario de la Pontificia Academia de las Ciencias. A raíz de ese nombramiento, ella comentó: «Creo que es muy importante que la ciencia y la religión trabajen juntas, codo con codo. No encuentro ninguna razón para que sean incompatibles. De hecho, nunca están reñidas. Al revés, son complementarias. La ciencia ha mostrado ser una gran aliada para combatir la COVID-19 o para contrarrestar los efectos del cambio climático y apoyar la salud del medio ambiente. Los líderes religiosos tienen un papel fundamental en este contexto para compartir los avances científicos de forma correcta y así ayudar a la sociedad».

La Pontificia Academia de Ciencias es un cuerpo consultor independiente e insobornable, más allá de presiones de grupos nacionales, políticos o religiosos (sus miembros pueden ser de cualquier religión o no creyentes), y aporta información y asesoramiento a los organismos vaticanos.

Donna Strickland es en la actualidad catedrática del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Waterloo (Ontario, Canadá) y ganó el Nobel de Física en 2018, junto a Gérard Mourou y Arthur Ashkin. Strickland siempre supo que era «muy buena en matemáticas y física» y que le gustaba jugar con láseres, así que siguió adelante y «no hizo caso a nada más». Comentaría que cuando era joven se debatía entre dedicarse a la ingeniería o a la física, que quizás era «más divertida». Un máster en láser y electro-óptica la convenció para dedicarse a la física en 1976.

Sin quejas por su experiencia como mujer en la Ciencia

Se suele hablar de la necesidad de ofrecer un apoyo especial a las mujeres en Ciencia (distinto al que se les pueda ofrecer en Letras u otros campos, parece), pero Strickland fue entrevistada al respecto en cierta ocasión:

– ¿Usted se ha sentido discriminada alguna vez por razones de sexo en su trabajo?
– Absolutamente no.
– ¿Cómo podemos incentivar que las mujeres se lancen a estudiar materias científicas?
– Bueno, las estadísticas a este respecto en Norteamérica reflejan que, más allá de la física, el número de mujeres que estudian alguna materia científica ha superado al de los hombres. Por eso deberíamos cambiar la pregunta y cuestionarnos por qué los niños ya no estudian Biología o Medicina, por ejemplo.

Las científicas en el CSIC (muchas de ellas católicas)

En España, el CSIC incorporó desde sus inicios a mujeres científicas. El porcentaje de las mismas se triplicó desde su creación, después de la Guerra civil, a la llegada de la Transición, y es desde la Transición que apenas creció un par de puntos porcentuales (léalo aquí).

Los críticos señalan que hace 20 años que existe en el CSIC una «Comisión Mujeres y Ciencia», pero eso no ha llevado a que haya más científicas en el organismo, ni en plantilla ni en máximos escalafones científicos. Hay quien considera que esta comisión es un órgano ideológico sin utilidad práctica. Tampoco se sabe en el CSIC de ningún caso de discriminación por razón de sexo y parece modélico en lo que se refiere a igualdad de oportunidades.

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PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»