¿Acaso todas las monedas son buenas? ¿No hay que distinguir entre las verdaderas y las falsas? Pues lo mismo sucede con la religión. Pero, la moneda falsa supone la buena de la que no es más que una criminal imitación; así, las falsas religiones suponen la verdadera.
Si todas las religiones son buenas se puede ser católico en Roma, anglicano en Londres, protestante en Ginebra, musulmán en Constantinopla, idólatra en Pekín y budista en la India. ¿No es esto ridículo? ¿No es afirmar que el si y el no son igualmente ciertos en el mismo caso? Decir que todas las religiones son buenas es un absurdo palpable, una blasfemia contra Dios, un error funesto para el hombre.
«La Religión Demostrada» del Reverendo Padre P. A. Hillaire
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
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