Hemeroteca Laus DEo15/08/2019 @ 11:01
«Cuando el espíritu se halla ocupado con la mayor simplicidad, desnudez y reposo posibles en la introversión, aplicado a la informe esencia divina e íntimamente dado a la contemplación, amor y gozo de esta simplísima esencia, el alma es a las veces impelida en suave moción interior a contemplar, amar y abrazar juntamente a la Madre Amable, unirse amorosamente con Ella: gozar de Su dulce trato , en suma, a ocuparse amabilísimamente de Ella, en cuanto singularmente unida con Dios, como fuese con Él la misma cosa, por manera, que amando y gozando de Dios, ama juntamente a la Madre Amable y goza de Ella.
De tal suerte Dios y María son el mismo objeto de este amor y fruición por parte del alma, que se ocupa en ellos a modo de uno solo, casi de la misma manera que se ocupa de la Humanidad de Cristo, contemplándola como unida a la divinidad, y así dos naturalezas unidas en una sola persona, constituyen un solo objeto de tal contemplación.
Pues por modo semejante contempla y ama entonces a Jesús y a María, como a Madre e Hijo, unidos en tan estrecha uniformidad que vienen a constituir un solo objeto, o dos distintos, pero correlativos, de suerte que no se puede conocer y amar al uno sin conocer y amar también al otro.»
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