Netflix ha lanzado en cines y en su plataforma de pago la película The Deliverance (La liberación), dirigida por Lee Daniels, basada en el caso de un exorcismo real de 2012, pero con algunos cambios, empezando por sustituir al cura católico blanco por una liberadora-predicadora evangélica negra.
Desde un punto de vista de Historia de la Religión en el cine, es interesante notar que la actriz, Andra Day, de 39 años, que es cristiana evangélica o pentecostal, se puso a orar en lenguas devotamente durante la escena culminante de la liberación, el director lo grabó (no era algo previsto) y lo incorporó.
También es interesante señalar que el director insistió en organizar una oración cada día, y continuada, para proteger espiritualmente al equipo del rodaje. Hubo representantes de Netflix que le llamaron la atención por ello, pero él supo mantener esa oración.
La película: familia atribulada más sustos clásicos
Los críticos coinciden en que la película en sí mezcla dos cosas: por un lado, el drama económico y personal de una familia pobre y atribulada afroamericana, con realismo y profundidad; por otro, una película clásica de sustos y posesiones, pero con una predicadora negra protestante en vez de un cura católico blanco en la expulsión del demonio.
En el caso real, como decimos, fue un cura católico el implicado, el padre Maginot de la diócesis de Gary, en el caso de LaToya Ammonds, que cubrió la prensa local y se hizo muy popular.
Oración de protección en el set de rodaje
Durante todo el verano, en las entrevistas promocionales el director Lee Daniels ha insistido en que en el set de rodaje contaron cada día con un predicador protestante llamado «apóstol Lewis» para rezar por el equipo y los trabajadores «invocando la protección de la sangre de Cristo».
«Tuve un ‘liberador’ en el rodaje todo el tiempo, alguien que hace esto para ganarse la vida», detalló el director a la revista Variety. «Leí esos libros sobre los rodajes de Poltergeist y El Exorcista y dije ‘¡a mí no me pasará, Satán!’ y rezamos cada día».
Efectivamente, es bien conocido en el mundo del cine que en el rodaje de la película de William Friedkin de 1972, El Exorcista, hubo accidentes, actores lesionados, incendios y muertes.
Daniels añade que «el primer día que empezamos a rezar responsables de Netflix me dijeron: ‘no puedes hacerlo, puede ofender a personas’, y dije ‘ pues tendremos que pensar en algo, porque no puedo meterme en esta jungla sin oración cada día’. Buscamos un sistema para explicarlo. Dije: ‘no quiero molestar a nadie, pero los que no queráis oración sentiros libres para salir del set de rodaje’. Unos pocos lo hicieron, pero la mayoría del equipo de 200 personas sabían que querían estar protegidos. ¡Claramente leyeron los mismos libros que yo!»
Una oración que se agradece
La actriz protagonista, Andra Day, de 39 años, con una nominación al Oscar, es cristiana evangélica o pentecostal y agradeció esas oraciones.
«Nos tomamos en serio los temas que tratábamos, no solo lo paranormal y espiritual sino el peso emocional por los personajes que teníamos, personajes que se quedan contigo e incluso pueden traumatizarte», dijo en CBS Sunday Morning. «Creo que es importante tomar ciertas cosas en serio, pero también creo que no debemos vivir con temor a ellas. En oración recordé que tengo autoridad sobre esas cosas. Era importante para mí mostrar eso, y superarlo».
Otra actriz que agradeció la oración diaria de protección fue la especialista y doble Janeshia Adams-Ginyard, que declara en la web LAX que esas sesiones de oración fueron «súperimportantes». Había escenas en las que la arrojaban «como una muñeca de trapo», con «un dolor físico importante, además de contenidos difíciles de procesar mentalmente«, explicó. La oración le ayudó.
Andra Day y Glenn Close no sólo tienen problemas con el demonio en The Deliverance, sino con Servicios Sociales que quieren llevarse a los niños; se basa en un caso real (lo contamos en este artículo):
Orar en lenguas ante la cámara
En el mundo hay millones de cristianos que hacen oración en lenguas (glosolalia), sobre todo católicos y protestantes de tradición carismática o pentecostal. Es una oración hablada y articulada pero sin gramática ni vocabulario: el habla se pone al servicio de una oración devota, pero no conceptual. Los que rezan así, sean católicos o protestantes, señalan que les ayuda mucho.
Los católicos suelen citar un sermón de San Agustín sobre una oración jubilosa que no puede ser callada pero tampoco logra expresarse con palabras conocidas, cuando «no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es orar o cantar con júbilo».
Pero la oración en lenguas no es sólo para el júbilo, sino también para la desesperación o el desconcierto: cuando no sabes qué palabras usar, o las palabras concretas no ayudan, se reza en lenguas.
La actriz protagonista, Andra Day, improvisando, se puso a orar en lenguas en la escena culminante de la liberación, y al director le pareció magnífico y lo incorporó a la película.
Parece que es la primera vez en una película de ficción que una actriz creyente ora en lenguas, fuera del guion pero dentro de la historia.
«Cuando Andra se pone a orar en lenguas, no era yo quien la dirigía, es ella hablando a través de Dios, o Dios hablando a través de ella, y fue un momento poderoso para ver en ese crescendo de la película, que ella se deslice en Dios como hizo», señala el director, que filmó la película a mediados de 2022.
«Se salió del libreto, se puso a orar así y dije ‘seguid filmando’ y el personal estaba sobrecogido, como yo. Uno de los trucos para dirigir bien es elegir a la persona adecuada para el papel, y yo sabía instintivamente que Andra era realmente creyente en Jesucristo. Necesitaba una actriz que realmente entendiera ese tipo de espiritualidad.
En el Hollywoodreporter.com Andra Day, dijo de la oración en lenguas que es parte de su vida espiritual habitual, pero sólo desde hace unos años. Cuando era niña, le asustó ver orar en lenguas a una amiga de su madre y pensaba que era una chaladura.
«Pero al ir creciendo yo, mi relación con Dios también creció. Leí sobre la oración en lenguas, sobre un pastor al que también le costaba, le parecía muy raro. Él se comprometió a hacerla cada día. Recuerdo que le dije a Dios: ‘quiero esa cercanía, ese lenguaje celestial’ y empecé a hacerlo [orar en lenguas] y lo seguí haciendo. Me pareció raro todo un año, hasta que un día sentí de verdad que era el Espíritu quien la llevaba y me dije ¡vaya!».
En la película decidió que no quería meramente actuar sino rezar de verdad, «dejar que sucediera» y el director lo aprobó «porque quería algo auténtico». Los productores, cuando rezó en lenguas, preguntaron si había que pararla, pero el director dijo «dejad que siga» y lo filmó.
El director Lee Daniels y la actriz Andra Day hablan de The Deliverance y sus aspectos espirituales:
Consultar la película con Dios
En el Hollywoodreporter.com Andra Day repite que dudó a la hora de aceptar el papel, pero rezó para consultar con Dios y así entendió que era una forma de mostrar que se puede vencer al mal, y que era eso lo que el director buscaba. También quería honrar a la protagonista del caso real, a la que muchos no creyeron.
«Entré en esta película con paz de Dios, y durante el rodaje e incluso después, todo fue oración. Suena sencillo: solo oración. Sí, yo voy a terapia, pero mi relación con Dios siempre me recuerda que Dios no va a herirme, que hay cosas difíciles, pero Dios me ama y que estoy aquí por una razón».
La actriz espera que la película anime el público (al que le guste las películas de terror) «a tener una relación con Dios, a dejar que Dios se vuelque mostrando cómo les ama también, que sea una película sanadora, que cure el trauma generacional, que es lo que vemos».
Andra Day interpreta a Ebony, una madre que tiene problemas de ira, alcohol y resentimiento,y paga la quimioterapia de su madre, una mujer blanca, pero religiosa, que acude a una iglesia negra. A la abuela blanca la interpreta la veteranísima Glenn Close, 8 veces nominada al Oscar.
El director añade: «Glenn Close no era nada espiritual cuando empezó esto pero al terminar era una persona distinta«.
El director, Lee Daniels, detalla que habló de la película con su madre, que es episcopaliana. Los episcopalianos son anglicanos muy liberales de EEUU, pocos de ellos creen en el demonio, pero la madre de Daniels sí cree. Parece que a ella le preocupaba la escasa protección espiritual de su hijo. «Te falta base, tu alma está abierta, es un portal, no quiero que te pase nada malo«, le dijo su madre.
Daniels también dudó sobre si debía rodar esta película, porque ya había hecho otra que parecía similar, sobre abusos y maltratos. Pero aquí valora que la madre de familia «encuentra su poder superior, ha encontrado a Jesús y así es capaz de vencer al demonio de la casa».
Sobre nuestra época, dice el director, «creo que estamos un espacio oscuro, muy, muy oscuro y creo que la gente necesita encontrar un poder superior. Ésta no es solo una película de horror sino un thriller de fe dónde estás forzado a encontrar eso, sea Jesús, o Alá, o Buda, o amarte a ti y tu poder superior», añade.
La experiencia de saber que necesitas a Dios
Además, para contar esta historia de una familia destrozada que debe apoyarse en la fe, él se apoya en la experiencia de su propia familia que dice que fue «una familia de traficantes de drogas, personas que pasaron por la cárcel, que realmente oraron a Dios». Considera que el público que entenderá la película es aquel que «sabe la verdad sobre por qué acudes a la fe; para ellos hice esta película».
Todo eso es quizá más interesante que decir que es la primera película ficticia de actividad demoníaca para un público mainstream que surge de un estudio y equipo con directores y protagonistas negros. La prensa señala, eso sí, que el filme compite este año con otras películas de exorcismos, sustos y maldiciones como la monja embarazada de la película Inmaculada y el relanzamiento de La Profecía (The Omen).
Daniels también insiste en algunos temas raciales. Por ejemplo, en el caso real la abuela devota es negra, pero aquí pone a la muy blanca Glenn Close para ejemplificar un tipo de mujer que él conoce, mujeres blancas en comunidades negras, también en parroquias negras. Dice que es algo que nunca se había mostrado antes en pantalla.
El caso real en Indiana
Como hemos comentado la película se basa en un caso real que tuvo lugar en la diócesis de Gary, Indiana (no en Pittsburgh, como en el filme), en 2011 y 2012, detallado en un artículo del Indianápolis Star de Marisa Kwiatkowski titulado «Los exorcismos de Latoya Ammons», y también en las declaraciones del sacerdote católico implicado, el padre Mike Maginot, que lo contó en el Catholic Register dos años después.
En 2022, sabiéndose que Netflix se interesaba en el tema y que el padre Mike Maginot hablaba bastante sobre exorcismos invitado en radios y podcasts, la diócesis de Gary emitió una nota explicitando que al padre Maginot «no se le permite implicarse en aspectos relacionados con este ministerio [exorcístico] ni debe ser presentado como una autoridad en tales asuntos».
La realidad es que el padre Mike Maginot hizo 3 exorcismos a LaToya Ammonds, con permiso del obispo, en la parroquia de St Steven Martyr en Merrillville, y el tercero, que fue con el ritual en latín, pareció funcionar bien, se detuvieron los fenómenos extraños, la familia afectada se mudó y la mujer, un tiempo después, le llamó diciendo que estaba bien. Los niños implicados, que al empezar los hechos tenían 7, 9 y 12 años dejaron de mostrar síntomas.
El padre Mike Maginot atendió en 2012 el caso real de LaToya Ammonds, pero desde 2022 la diócesis le prohíbe hablar de estos temas:
La experiencia terrible
En la familia Ammonds habían notado pasos, ruidos, una figura masculina hecha de sombras en el comedor… pero la cosa empeoró. Ammonds dijo a la reportera del Indianápolis Star que encontró a la niña de 12 años levitando inconsciente sobre la cama, que los niños luego se pusieron agresivos, ojos girados, gritos… Los dos chicos fueron hospitalizados por hablar con «voces demoníacas».
El psiquiatra del hospital decía que laToya estaba perfectamente cuerda, pero el médico de familia hablaba de «ilusiones y alucinaciones» en los niños.
En 2014, el sacerdote contó así la historia, respondiendo al National Catholic Register:
«Recibí una llamada telefónica un viernes por la mañana, el 20 de abril de 2012, durante un estudio bíblico en mi sala de estar. Era el capellán del Hospital Metodista. ‘Necesitamos un exorcismo. ¿Puedes bajar aquí de inmediato?’ me preguntó. «La gente huyó corriendo [en el hospital] al ver a un niño caminando hacia atrás por una pared. Ellos me llamaron, y yo te llamo a ti”.
Maginot no era exorcista, explica, pero se ofreció a investigar si la familia le contactaba. «Me llamaron al día siguiente. Les habían quitado a sus hijos«.
Los hechos que le contaron los testigos -que la película refleja- eran espeluznantes: «El niño mayor se despertó en el hospital, pero el menor gritó y actuó como si estuviera en trance. Estaba esperando en la oficina del psiquiatra con su abuela cuando subió la pared hacia atrás, luego volteó a su abuela y aterrizó de pie. La enfermera y el trabajador de CPS [sistema público para menores] salieron corriendo de la habitación. Cuando llegó el psiquiatra, intentó que el niño lo hiciera de nuevo, pero fue imposible, y el niño ni siquiera podía recordar haberlo hecho».
«Ambas mujeres eran baptistas y dijeron que nunca se habían implicado en nada oculto. La madre nunca faltaba a la iglesia los domingos y LaToya iba a veces», detalló el sacerdote católico.
«Pidieron ayuda a la gente de su iglesia, pero se negaron. Un grupo de una iglesia carismática [no católica] accedió a ir a orar [a la casa]. Una señora del grupo, que dijo ser clarividente, afirmó que había 200 demonios en el sótano. Ella salió corriendo de la casa, con los demás siguiéndola de cerca», explicó el sacerdote.
Investigando, Maginot sospechó que el asunto tenía que ver con un novio que LaToya estaba dejando, y que además tenía una esposa. Él le había pedido «una prenda de ropa interior como recuerdo» y habían desaparecido fotos del álbum familiar. Investigando con dos policías en la casa, los encontró con otros objetos personales en el sótano. Sospecha que se usaron para un maleficio.
«LaToya recibió una llamada telefónica enojada de una mujer que dijo que era la esposa del novio. LaToya dijo que nunca supo que él estaba casado e que iba a romper con él de todos modos. La señora le advirtió que iba a lamentar mucho haber tenido algo que ver con él», detalla el cura.
«Le puse un crucifijo a LaToya y empezó a convulsionar. Me di cuenta de que ella tenía aversión a las cosas santas. «Estás poseída», le dije».
Consiguió el permiso para hacer los exorcismos (el obispo de Gary, Dale Melczek, nunca había dado uno en 2 décadas) y realizó 3 sesiones, el tercero con ritual en latín. «Para el momento de la oración final, LaToya se durmió. Cuando despertó, dijo que se sentía bien. […] Nunca volví a saber de ella, hasta el mes pasado [enero de 2014, dos años después del exorcismo], cuando una reportera supo de la historia y contactó a LaToya. Ella me llamó y se disculpó por no contactarme antes para hacerme saber cómo estaba y darme las gracias«. Había recuperado la custodia de los 3 niños y vivían «sin miedo», según explicó LaToya al periódico.
El investigador paranormal Zak Bagans compró la casa por 35.000 dólares en 2014 y filmó un documental sobre el caso titulado Demon House. Después, en 2016, la casa fue demolida.
Vídeo de 2014 filmado en la casa de los hechos reales para el documental paranormal Demon House:
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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