«No, no es la muerte la que vendrá a buscarme, sino el mismo Dios. La muerte no es un fantasma, ni un espectro horrible, como se la representa en las estampas. Está escrito en el catecismo que la muerte es la separación del alma y del cuerpo, ¡nada más!. Pues bien: no temo una separación que ha de unirme con Dios toda una eternidad».
Santa Teresita del Niño Jesús (murió a los 24 años).
“Haced que la espada del espíritu, que es la palabra de Dios, esté siempre en vuestro corazón y en vuestros labios” (Epístola a los Efesios, VI, 17).
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
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