Ua priora de las Hermanitas, Discípulas del Cordero de Francia recuerda los años que le tomó a la Iglesia reconocer las vocaciones religiosas de mujeres con síndrome de Down. Hoy, la comunidad sigue creciendo y acogiendo a hermanas con y sin síndrome de Down, en una vida de oración y trabajo.
More Stories
¡TERMINEMOS YA CON ESTE GENOCIDIO!
Müller pide a Mons. Strickland que no dimita y afirma que un Papa no debe deponer a un obispo de forma arbitraria
La fe y la libertad