La matanza de los niños de Belén, que hace ya demasiado tiempo que nos evoca la lacra infamante del aborto, nos interpela cada año recordándonos la sacralidad de la vida desde el momento de su concepción y agravando el crimen con la mención a la inocencia de la infancia.
More Stories
Oster: quien piense que después del Sínodo habrá sacerdocio femenino «quedará decepcionado»
Hollerich: «Europa haría bien en volverse autónoma en términos de producción militar»
El Patriarca de Constantinopla muestra su apoyo al Patriarca de Antioquía ante la situación en Siria