Hemeroteca Laus DEo26/03/2021 @ 23:24
Le preguntaron un día al abad Agatón: «¿Qué es mejor, el trabajo corporal o el cuidado interior del alma?». Y respondió el abad: «Los hombres son como los árboles. El trabajo corporal es como el follaje, la guardia interior del alma del fruto. Por lo tanto, como está escrito: “Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego” (Mt 3,10), conviene, pues, poner todo nuestro empeño en el fruto, es decir, en el cuidado del alma. Pero también tenemos necesidad de la sombra y de la belleza de las hojas, que son el trabajo corporal». El abad Agatón era muy inteligente y laborioso. El mismo se abastecía de todo y, aunque muy asiduo en el trabajo, se contentaba con muy poco en el comer y en el vestir.
Sentencias de los Padres del Desierto
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