La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora guarda luto desde este 9 de octubre al comunicar el fallecimiento del sacerdote Antonio Rodríguez Lucena en el Hospital Universitario Punta de Europa. El que ocupó durante días las portadas de los grandes medios tras sobrevivir al ataque islamista en Algeciras de Yassine Kanja, fallecía a los 75 años, tras 59 como salesiano y 45 de sacerdote.
El motivo de la muerte ha sido un cáncer que le fue detectado a raíz del atentado que le afectó el páncreas y el hígado. Desde ese momento «su salud fue menguando, no así su ministerio presbiterial y atención parroquial», indica el comunicado.
Nacido en Écija (Sevilla), el 29 de abril de 1948, hizo el noviciado en San José del Valle y allí profesó el 16 de agosto de 1963. En el mismo centró cursó los estudios de filosofía. El tirocinio -periodo de aprendizaje religioso- lo llevó a cabo en Sevilla, Hogar San Fernando (1967-68) y Alcalá de Guadaíra (1968-70). Después siguieron los años de estudio de Teología en La Crocetta (Turín), Sanlúcar la Mayor (1971-72) y Sevilla.
Fue ordenado sacerdote en Sevilla el 30 de octubre de 1977 por D. Rafael Bellido. Desde entonces desarrolló su labor pastoral en los centros sevillanos Hogar San Fernando (1972-79) y Pequeños Hogares, en Morón de la Frontera, Badajoz, San José del Valle, Mérida, La Línea de la Concepción, Sevilla-Colegio Mayor y Algeciras, donde permaneció desde 1986 a 1992 y desde 2011 hasta 2023.
Frente al yihadista en defensa de su iglesia
En el que fue su último destino, Rodríguez tuvo que enfrentar el ataque yihadista del 25 de enero de 2023, cuando Kanja, marroquí de 26 años, entró en la capilla de San Isidro armado y empezó a golpear las imágenes con un machete de grandes dimensiones. Cuando el párroco Antonio Rodríguez se enfrentó a él para echarle del templo, le apuñaló causándole heridas graves en hombro y cuello.
Posteriormente el atacante entró en la iglesia de La Palma, situada a unos doscientos metros, cuando estaba terminando la misa. Fue tirando al suelo imágenes y velas, llegó a subir al altar mayor, y amenazó a dos mujeres.
El sacristán, Diego Valencia, le ordenó que abandonase la iglesia, viéndose perseguido por el criminal, quien le alcanzó en la Plaza Alta, donde al llegar ya llevaba una herida en el abdomen y además fue golpeado en la cabeza, muriendo allí mismo.
El sacerdote se mantuvo cerca de la familia del fallecido desde entonces. Tras ser intervenido y recibir el alta, agradeció expresamente la intercesión divina y «de María Auxiliadora, que están siempre atendiendo a sus hijos». Fue tras el ataque cuando le fue detectada la enfermedad.
Desde la comunidad salesiana recordarán a Antonio Rodríguez Lucena como «entregado, hombre de fe, trabajador, responsable y con gran cariño a María Auxiliadora«, y expresan su deseo de que sea acogido «entre todos aquellos que han entregado su vida a la misión salesiana» por el Señor.
«Deja una huella imborrable», dice el alcalde
El alcalde del Ayuntamiento de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha trasladado el pésame, tanto a título personal como en nombre y representación de la Corporación municipal por el fallecimiento del sacerdote.
Para el regidor algecireño «se ha ido un religioso ejemplar, merecedor del cariño que todos quienes le conocíamos le profesábamos, y que se extendió a todos los rincones de la ciudad después de que se convirtiese en víctima de los atentados terroristas del pasado 25 de enero, tras ser atacado en el interior de la Capilla de San Isidro».
«Don Antonio deja entre nosotros una huella imborrable, y en estos momentos de dolor por su pérdida queremos hacer llegar a sus familiares, amigos, compañeros sacerdotes, a todos los integrantes de la Casa Salesiana y a quienes le conocieron nuestro abrazo más fraternal en nombre de Algeciras» finaliza el comunicado municipal.
La capilla ardiente estará en la parroquia María Auxiliadora y San Isidro (Algeciras) durante el martes 10 de octubre, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:30.
El funeral será el miércoles 11 a las 9:30 en la misma parroquia.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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