Querido Obispo Strickland, gracias por estar decidido «a servir al Señor y no al tiempo», como en su momento exhortó San Atanasio a los obispos (Ep. ad Dracontium). Oro para que más obispos en nuestros días, como tú, alcen su voz en defensa de la Fe Católica
More Stories
Custodiar la gracia de Dios
Cabezas cortadas, feminismo y matraca de aborto y LGTBI: la oferta de Francia al mundo en los JJOO
El Escorial: un lugar concebido por Felipe II como sede del saber y la ciencia… y lo ha cumplido