15/11/2024

Chino en EEUU, no sabía casi nada de la fe, le invitaron a ir a misa: «Claro, ¿eso qué es?»

Juekun Wen creció en una gran ciudad china, sin religión, y no sabía casi nada del cristianismo hasta los 25 años. Hoy tiene 29 años, vive en Saint Paul (Minnesota, EEUU), estudia farmacia y va a la parroquia de Saint Mark con su esposa Lauren y esperan un bebé.

Lo que cambió su vida en EEUU fue que le invitaran a ir a misa. «Claro, ¿qué es eso?», respondió. Ha contado su historia en The Catholic Spirit.

«Me hice católico porque soy un buscador de la verdad. Dios plantó personas maravillosas a lo largo de mi viaje en mi hora más oscura», explica hoy el joven.

Un escéptico militante

«Crecí en China, donde no practicábamos ninguna religión en nuestra familia. En una gran ciudad con más de 16 millones de habitantes, había muy poca influencia católica», advierte. «Siempre me enseñaron que nada es válido hasta que se demuestre que es cierto. En otras palabras, el escepticismo era mi religión«.

Su visión escéptica de las cosas le guiaba en los estudios y en el día a día. Tenía un gran interés por la ciencia. Ese escepticismo le llevaba a un desinterés por la pregunta acerca de Dios.

Hizo estudio universitarios en Estados Unidos y trabajó también como técnico de laboratorio, un cargo que dejó luego pensando en visitar China un tiempo. «Entonces estalló el COVID-19 y me enfrenté a una decisión difícil: quedarme en Estados Unidos sin trabajo ni lugar donde quedarme o volver a casa y arriesgarme a no poder regresar por un año más para estudiar. Estaba muy deprimido y ansioso y sentía que mi vida había tocado fondo».

El poder de la acogida

Entonces le ayudaron dos familias cristianas. La primera era la de su profesor de pregrado: «Se enteró de mi situación y decidió abrirme su casa por el tiempo que necesitara». En esa familia cristiana empezó a tener interés por Jesucristo y a leer algo sobre Él.

La segunda, era una familia amiga de la anterior en Saint Paul, con la que conectó cuando llegó para un posgrado en la Universidad de Minnesota. «Llegué a St. Paul un sábado por la tarde y la familia me recibió amablemente antes de mudarme a mi apartamento. También me invitaron a la misa con ellos al día siguiente. Respondí: ‘¡Claro! ¿Qué es la misa?'»

El don de buscar la verdad

«Durante la escuela de posgrado, mi interés y deseo de buscar al Señor continuaron creciendo exponencialmente. Cuanto más aprendía acerca de Dios, más me daba cuenta de que la ciencia y la religión no están en conflicto. De hecho, muchos científicos famosos también son católicos, como Galileo Galilei y Louis Pasteur. Me di cuenta de que el método analítico y la mentalidad inquisitiva (como la llamaría mi yo más joven, siendo escéptico) fomentados por la ciencia son herramientas poderosas para ayudar a comprender y buscar la verdad. Se puede decir que son dones maravillosos que nuestro Señor nos ha concedido, poder buscarlo», explica hoy.

Tras explorar la fe con un curso de introducción a la fe católica para adultos, se convenció: «Convertirme a la Iglesia Católica vino a ser la opción razonable y deseable para mí. Quería seguir creciendo en mi conocimiento en la fe y en mi relación con Dios».

Wen ha buscado a Dios a través del estudio y la ciencia, pero en el principio de su camino están las personas que hoy dice que Dios puso en su camino. «Cuando yo era escéptico acerca de Su existencia, Dios tuvo su forma de conducirme a la verdad y la felicidad», señala.

Su familia acogedora en St.Paul serán ahora padrinos del bebé.

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PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»