Como sheriff en Kansas y agente encubierto de la Kansas Bureau of Investigation (similar a una división estatal del FBI), Currie Myers es consciente de hasta dónde puede llegar la maldad y el crimen. Recuerda un día, pasar por un comprador de droga, cuando los narcotraficantes le dejaron solo con su hijo de tres años. “No tenían ni idea de que era un agente federal, ni de si lo cuidaría o lo haría daño”, relata Myers sorprendido en el blog de St Michael’s Group.
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