El pasado 8 de diciembre, tras solo 12 días de ofensiva, la milicia considerada por muchos terrorista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) se hacía con el poder en Siria tras derrocar a Bashar al-Assad. Mohammed Al-Jolani encabeza HTS y es actualmente uno de los líderes del nuevo régimen. Conocido por su pertenencia a Al-Qaeda, Al-Jolani asegura que ha llegado al poder para llevar la paz y el orden a todos, cristianos incluidos. Recientemente, la periodista Madeleine Rowley, de The Free Press, ha hablado con cristianos y representantes de organizaciones cristianas del país tras la salida de al-Assad, que no parecen tener expectativas uniformes sobre su futuro.
Por un lado se encuentran quienes conocen por experiencia la conducta de los llamados «rebeldes» en Siria. Es el caso de Elías, cristiano sirio de 21 años residente actualmente en Berlín, y recuerda a modo de ejemplo cuando en 2014 fue a casa de unos amigos para consolarles ante el secuestro de su hijo en la zona cristiana. Mientras estaba allí, cuenta el joven, le dieron la cabeza de su hijo en una caja, con su cadena con la cruz metida en la boca.
«Tengo sólo 21 años, pero ya he enterrado a 12 amigos. No tenemos motivos para confiar en Al-Jolani. Es un terrorista«, dice el joven bajo pseudónimo.
También María habla bajo pseudónimo. Cuenta a The Free Press que la toma de la aldea de su familia por los rebeldes sucedió muy rápido y los cristianos de la zona «no se dieron cuenta de lo que pasaba».
María cuenta que, con el régimen, los cristianos y Assad se toleraban, si bien con los rebeldes la violencia, secuestros, profanación de iglesias o asesinatos eran frecuentes. Por ello, cuenta que aunque ahora los islamistas aseguran que no le sucederá nada malo a los cristianos, estos no tienen motivos para creerles.
Según ella, es algo que se palpa entre los cristianos del pueblo de su familia. Antes, cuenta «muchos acudían a grandes celebraciones navideñas en las calles cada año. Pero ahora, «cuando se encendió el árbol de Navidad, solo acudieron unas pocos. Algunas tiendas están abiertas, pero muchas personas no salen de sus casas y esperan lo que sucederá a continuación. Otros, en cambio, solo quieren seguir con sus vidas cotidianas».
Rowley también ha hablado con un cristiano libanés que dirige un ministerio para musulmanes y cristianos refugiados. Dice que la mayoría de jóvenes musulmanes con los que trabaja espera volver a Siria, esperanzados en poder ir «sin ningún problema», por lo que «se sienten felices y lo celebran«. Los cristianos distan mucho de mostrar esta actitud y «se preguntan si Siria se convertirá en un país estrictamente islámico bajo el gobierno de Al-Jolani».
María conoce las declaraciones de paz de al-Jolani. Recientemente declaró a la CNN en una entrevista su convicción de que «nadie tiene derecho a borrar a otro grupo». Sin embargo, la cristiana teme que, aunque se presente ante los medios occidentales como un hombre de consenso, cambie el discurso cuando el mundo ya no esté mirando. «Seguiré rezando», dice.
Otros, como el cristiano ortodoxo sirio Richard Ghazal, recuerda que en el régimen previo «los obispos y sacerdotes de Siria sabían que todas sus palabras y acciones eran examinadas por el gobierno. Si no apoyabas a Assad, eras la oposición», cuenta. Sin embargo, también afirma saber que no pocos «rebeldes» vandalizan licorerías u obligan a mujeres a cubrirse el cabello. Este es el primer capítulo. Hayat Tahrir al-Sham sigue intentando conquistar al mundo«, lamenta el cristiano ortodoxo.
También hay cristianos que contemplan el cambio de régimen con cierto optimismo. Hadeel Oueis, cristiana siria residente en Estados Unidos y criada en Alepo asegura que en su ciudad natal «las cosas son positivas para la comunidad cristiana» y que «los grupos rebeldes islamistas quieren mostrar a la comunidad internacional que han cambiado. Quieren que Occidente los elimine de la lista de organizaciones terroristas. Por eso se están comportando».
Según entrevistas a cristianos de Alepo a las que ha tenido acceso Oueis desde el Centro de Comunicaciones por la Paz, muchos de ellos se muestran ciertamente optimistas.
«Los primeros dos o tres días fueron incómodos y teníamos mucho miedo. Ya estamos hartos de la guerra. Han pasado 13 años y nuestros hijos no han podido experimentar la vida. Pero después de un par de días, la electricidad mejoró y nuestra situación se ha vuelto mejor, más segura«, relató una de las entrevistadas.
En esta línea se ha pronunciado Mons. Georges Assadourian, obispo armenio católico de Damasco, que ya habría mantenido sus primeros contactos con representantes del nuevo régimen.
«Discutimos sobre la presencia cristiana en Damasco y en Siria, y también sobre el papel de los cristianos: ¿seguiremos viviendo y testimoniando nuestro cristianismo o no? Nos aseguraron que todo estaría bien y que no debíamos preocuparnos», declaró a ACN.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
La estrella del rugby inglés que reza y lee la Biblia todas las mañanas: «Creo profundamente en Él»
ADVIENTO: EL DESIERTO QUE FLORECE
Canadá enfrenta críticas por incluir a la primera «jugadora transgénero» en un equipo femenino de críquet