Annette Kurschus, la segunda mujer después de Margot Käßmann, en ser elegida para el cargo más alto de los luteranos alemanes, ha seguido el mismo camino de su predecesora y ha presentado su dimisión tras dos años en el cargo. La razón es una acusación de mal manejo de un caso de abuso sexual. Niega haber actuado mal pero se va para no dañar la institución.
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