El papa Francisco ha afirmado que los migrantes que trataron de acceder a Melilla el 24 de junio de 2022 saltando la valla fueron «arrinconados hacia la muerte» y ha pedido a la sociedad que no tenga «miedo a llamar masacre a estas cosas». La justicia española y la marroquí han determinado que no hubo delito alguno, pero entre muertos y desaparecidos se supera con creces el centenar de víctimas.
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