La gran noticia del Ángelus de este domingo en la Plaza de San Pedro fue el anuncio por parte de Francisco de la creación de 21 nuevos cardenales.
Además, en la víspera del primer aniversario de la masacre de Hamás en Israel, el Papa expresó su «cercanía» al pueblo de Israel y pidió la «inmediata liberación» de los secuestrados que siguen en poder de la organización terrorista. Al mismo tiempo, lamentó las «acciones militares destructivas que siguen golpeando a la población palestina», rogó «un alto el fuego inmediato en todos los frentes, incluido el Líbano» y apeló a la comunidad internacional «para que se ponga fin a la espiral de venganza» y no se repitan ataques «como el de Irán hace unos días», que pueden «precipitar la región en una guerra aún mayor».
Amor para siempre
En su comentario al Evangelio del día, que recoge las enseñanzas de Jesús sobre el amor conyugal, Francisco recordó que «la mujer y el hombre han sido queridos por Dios iguales en dignidad y complementarios en su diversidad, para poder ser uno para la otra ayuda, compañía y al mismo tiempo estímulo y desafío para crecer».
Por eso el «don recíproco» debe ser «pleno», y no debe «durar ‘hasta que me convenga’, sino para siempre, acogiéndose recíprocamente y viviendo unidos como ‘una sola carne'», lo cual «no es fácil, requiere fidelidad también en las dificultades, exige respeto, sinceridad, simplicidad, exige estar disponibles uno para otro… y en las discusiones siempre dispuestos al perdón y a la reconciliación«.
Francisco insistió en su consejo, que ha proclamado en numerosas ocasiones, de que marido y mujer, si han discutido, «hagan las paces antes de que termine el día, porque la guerra fía del día siguiente es peligrosa«.
«¡Tened hijos!»
El Papa hizo referencia también a que «para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, al don de los hijos, que son el fruto más bello del amor, la mayor bendición de Dios, fuente de alegría y esperanza para todo hogar y para toda la sociedad».
«¡Tened hijos!«, pidió, recordando que el día anterior, festivo para la Gendarmería vaticana, había acudido un gendarme con sus ocho hijos: «Era hermosísimo verlo. Por favor, estad abiertos a la vida, es lo que Dios manda«.
«El amor es exigente, sí, pero hermoso», concluyó, «y cuanto más nos implicamos en él, más descubrimos en él la auténtica felicidad«. Y de nuevo invitó a todos a preguntarse si el amor que uno vive es «fiel, generoso, creativo»: «¿Están nuestras familias abiertas a la vida, al don de los hijos?».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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