Les ofrecemos el testimonio, breve e impactante, de una joven colombiana que tras tener una infancia y adolescencia muy atormentada y con muchas desgracias, por fin encontró la paz en su alma tras perseverar en la adoración eucarística y en la devoción a la Virgen.
¿Cuáles fueron los recuerdos más traumáticos de su infancia?
El recuerdo más traumático que tuve fue cuando al lanzarme a una piscina casi muero ahogada, pero la infinita misericordia de Dios me permitió salir.
Fueron especialmente dolorosos los abusos sexuales, que me dejaron un trauma. Además de esa terrible experiencia, fue muy desagradable cuando me apuntaron en la cabeza con un arma y las palizas y amenazas que me propiciaban algunos compañeros en la primaria y secundaria. Gracias a Dios hubo profesores que me ayudaron a salir de este trance tan duro y la compañía de la Virgen Santísima siempre la sentí a pesar de todo.
¿Qué secuelas y heridas le dejaron en su vida?
Las secuelas que me dejaron fue la inseguridad, el miedo, la baja autoestima y la dificultad para relacionarme con los demás. Por gracia de Dios he estado trabajando en ello y creo que he mejorado notablemente. Y todo principalmente gracias a la ayuda de Dios por supuesto y también a profesionales católicos que fueron instrumentos de la Providencia.
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