De la mano de PPC editorial, el polifacético artista Hervé Alústiza acaba de publicar su último cuento navideño que se suma a otros como El niño que se convirtió en paje o Un ángel que va de ala…desde el cielo hasta Belén. Bajo el título de La Pastorcilla despistada… ¿llegará hasta Belén?, Alústiza presenta una bonita y entrañable historia ilustrada por Gema García Ingelmo en la que la pequeña protagonista a lomos de su cerdo Perico deberá cumplir lo que hoy, incluso para adultos, se puede presentar como una misión imposible: visitar al niño Dios en la Navidad.
Un breve vistazo a sus páginas confirma lo expresado por el autor a Religión en Libertad y es que, aunque las editoriales puedan definirlo como un cuento infantil, este es uno de esos candidatos a «colarse en el corazón de cualquier edad«.
No solo por estar concebido «desde y para la familia», sino porque plantea toda una labor didáctica de la Navidad y de conceptos del cristianismo como la gracia, la humildad o las dificultades de la fe.
Cristianos despistados como la pastorcilla
Pero también porque, de algún modo, la pastorcita es también un ejemplo del más adulto de los cristianos, pues especialmente hoy, «lo más frecuente es despistarse con lo que tenemos delante, lo que nos engatusa o capta nuestra atención». Especialmente en Navidad, donde abundan las luces de neón, centros comerciales, anuncios…
«Nuestras búsquedas existenciales a veces se ahogan en búsquedas superficiales y nos enmarañamos en las redes sociales, o caemos en anuncios que nos saltan de improviso y nos llevan a sitios que no buscábamos. En ese contexto, no siempre es fácil escuchar la voz de Dios», comenta el autor.
El cuento también inculca el amor por la belleza de la creación, inscrita en cada una de las páginas y también de las vivencias del autor.
Nos habla de cómo desde su infancia curioseó con animales y pastores en su pueblo de veraneo, sorprendiéndose como estos cuidaban y mantenían a salvo a cada una de sus ovejas. También destaca los dibujos de Heidi como una influencia, mostrando a lo que en un principio parecía una «niña remilgada» pero que, conforme crece, «apreciaba y descubría la creación«.
Puedes conseguir en este enlace La pastorcilla despistada… ¿llegará hasta Belén? (PPC).
«De algún modo, La pastorcilla despistada también transmite la sorpresa ante la belleza creada. También se suma la experiencia de cómo en la vida podemos perder el camino pero siempre tenemos la oportunidad de seguir buscando la meta«, explica Alústiza.
Que sea dirigido fundamentalmente a niños no es sinónimo de ausencia de fondo. Así, la pastorcilla se presenta como «un alma cándida, inconsciente y alocada» que podría representar a los paganos o gentiles del Evangelio, yendo a Jesús a lomos de un animal considerado impuro a todas luces por los judíos.
«Se hace preguntas ante todo lo que ve y descubre las maravillas de la naturaleza y de su entorno. De repente, tras una caída inesperada sobre un animal se embarca en un viaje, aparentemente sin rumbo ni dirección. Va de aquí para allá, descubriendo un mundo fuera de su entorno en medio de la noche. Y sigue preguntándose en la oscuridad», comenta el autor.
Cómo alcanzar la meta cristiana
La misma caída que motiva su viaje sugiere en el autor la reflexión de que solo «cuando estamos en el fango y faltos de todo podemos ver mejor qué es realmente lo esencial». A veces, agrega, «tenemos que caernos del caballo (como San Pablo) o del cerdito Perico (como la pastorcilla) para mirar desde el suelo y desde lo más bajo».
Aunque el despiste contemporáneo de los cristianos ejemplificado en la Pastorcita puede ser involuntario, es una realidad que puede ser solventada.
En el caso de los niños, el autor recomienda ayudar a buscar el silencio, «participar en belenes vivientes o representaciones en familia» y «valorando lo que tenemos».
«Me parece que un gesto de gran valor es escribir con el corazón nuestra carta a los Reyes Magos y al Niño Jesús pidiendo lo que necesitamos de verdad», destaca.
El mismo mensaje que La pastorcita despistada muestra a los niños puede ser acogido por los adultos. De hecho, Alústiza asegura que puede servir de ayuda a estos últimos si el lector «se siente como un niño viajando por sus páginas, mirando despacio cada detalle y haciéndose interrogantes en cada hoja y en cada obstáculo», descubriendo «un trampolín para seguir buscando la meta: llegar a Jesús que nos espera«.
«Los Reyes Magos nos acercan a Dios»
Los Reyes Magos suelen tener gran protagonismo en sus cuentos, que en el caso de La Pastorcita, la rescatan tras su caída y ayudan a proseguir el viaje.
Para el autor, los magos, «los sabios», pueden «facilitar la llegada» y «son personas que nos acercan a Dios«. Pero al final, dice, «nos tenemos que dejar acompañar, ayudar y escuchar».
Concluye reivindicando el sentido e importancia de la Navidad, una tradición que «es parte de la historia de la humanidad, de nuestra cultura y de nuestra fe».
«El nacimiento De Dios hecho hombre no es un cuento. Una Navidad que se construya sobre la fantasía, sin más, puede hacernos caer en la trampa de pensar que lo que nos cuenta la Biblia es una historieta más. Pero si Dios se ha hecho hombre y, de verdad, nos espera en Belén, merece la pena ponerse en camino y no parar hasta encontrarlo. Y las aventuras del camino ojalá incluyan también muchas carcajadas», concluye.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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