En la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, y en el marco de la LVIII Jornada Mundial de la Paz, el Papa Francisco reflexionó sobre la humanidad de Cristo nacida del vientre de María, destacando la fragilidad y cercanía de Dios en la pequeñez. Desde la Basílica de San Pedro, invitó a confiar el nuevo año a la Madre de Dios como ejemplo de cuidado y ternura.
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