Tras el Ángelus de este domingo, Francisco expresó su «dolor» tras la matanza terrorista en Burkina Faso, con cientos de víctimas, «entre ellas mujeres y niños».
El Papa se refería a lo sucedido en la aldea de Barsalogho, en la diócesis de Kaya, el 24 de agosto, donde, según informaciones recogidas por Ayuda a la Iglesia Necesitada [ACN], los islamistas asesinaron a 250 personas (cien más de las reconocidas oficialmente) e hirieron gravemente a 150.
Días antes, tres parroquias cercanas a la frontera de Burkina Faso con Malí habían sido asaltadas, dando lugar a un masivo desplazamiento de sus habitantes. Según dichas fuentes, «cerca de cinco mil mujeres y niños han buscado refugio en la ciudad de Nouna. No hay un sólo varón entre ellos. El paradero de la población masculina sigue siendo desconocido, no sabemos si han escapado y están escondidos o los han asesinado«.
En Burkina Faso, un 60% de la población es musulmana, un 24% cristiana y un 16% animista.
La siguiente masacre se cometió el domingo 25 de agosto en la localidad de Sanaba, al oeste del país. Los yihadistas rodearon la aldea, reunieron a la población, ataron a todos los varones mayores de 12 años que fuesen o bien cristianos, o bien seguidores del culto tradicional o bien contrarios a la ideología islamista. Los llevaron a un templo protestante cercano y degollaron a 26 hombres, entre ellos varios católicos.
Según recoge ACN, en la diócesis de Nouna han sido atacados o incendiados en los últimos meses numerosos lugares de culto católicos, protestantes y animistas. Un testigo recuerda que, en una de ellas, «el catequista se percató de que iban a ser atacados al oír el ruido de las motos. Logró rescatar el Santísimo Sacramento de la iglesia parroquial, huyendo con el resto de la población al bosque. Afortunadamente ese día no hubo víctimas, pero la iglesia fue vandalizada y las imágenes destruidas. Además intentaron profanar el tabernáculo y pintaron inscripciones en las paredes que tenían un fresco del Sagrado Corazón de Jesús”.
Se calcula que desde mayo de 2024, alrededor de 100 cristianos han sido asesinados solo en el área pastoral de Zekuy-Doumbala. Otros han sido secuestrados, sin que se tenga noticia de su paradero.
Ayuda a la Iglesia Necesitada llama a una oración por las víctimas y por la paz y la seguridad de Burkina Faso. Desde 2015 el país ha visto crecer enormemente la actividad yihadista, tanto de Estado Islámico como de Al Qaeda, a lo que se ha sumado la inestabilidad política tras los golpes de estado de 2022.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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