Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de tu Divino hijo Jesucristo, junto con todas las Misas celebradas a través del mundo en este día, por todas las almas del purgatorio.
Te ofrezco todos los sufrimientos, sacrificios, obras de misericordia que haga, tristezas, humillaciones que reciba, trabajos, esfuerzos, buenas obras, mis actividades de este día en reparación de mis pecados personales, los pecados de las ánimas del purgatorio y los pecados de mis familiares, antepasados y conocidos que están en el purgatorio. Amén.
More Stories
Nada detiene el avance de la Luz de Cristo victoriosa
Madre Verónica:El horizonte de la muerte suscita la pregunta sobre la vida
EL ÁNGEL DE LA GUARDA DE SANTA GEMA