Este domingo 21 de abril la diócesis de Viena se ha lanzado a su primera Jornada de Puertas Abiertas, con el objetivo de que sus 800 iglesias estén abiertas todo el domingo, desde la mañana a la noche.
En realidad, en domingo abren por lo general casi todas, pero la mitad solo lo hacen para esa misa dominical (una o dos misas, durante un rato) y nada más. La Jornada de Puertas Abiertas pide abrirlas todas y muchas más horas, para ofrecer su belleza a los interesados y también para ofrecer un espacio de oración y encuentro, según explica su promotor, Nikolaus Haselsteiner.
El día elegido, 21 de abril, es la fiesta de San Conrado, que fue el monje portero del monasterio de los capuchinos en Altötting, en Baviera, y que siempre abría las puertas a pobres y peregrinos y les ofrecía comida caliente, cerveza y un sitio para descansar.
Está previsto que se puedan visitar este día centros de culto que habitualmente son poco visitables, como la Capilla de San Andrés en el Palacio Arzobispal, la Capilla de la Casa Arzobispal de Viena o la Capilla de San Estanislao Kostka, la antigua sala de los «jóvenes santos jesuitas» en Kurrentgasse.
También coincide con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, así que en muchas iglesias habrá actos con sacerdotes, religiosas y diáconos hablando de su vocación, u ofreciéndose a compartir y escuchar consultas sobre la vocación.
Una calle de Viena y una puerta que invita al fondo, imagen de Leyre en Unsplash.
Café, pastitas… y recoger donativos para necesitados
En otras iglesias, los parroquianos simplemente serán acogedores y ofrecerán café y pastitas a los visitantes ocasionales.
En otras, la Cáritas parroquial ha colocado cajas con el lema «Ayuda como San Conrado», para recoger comida y otros recursos para los necesitados.
La Arquidiócesis de Viena espera que las parroquias ganen más «cultura de acogida», y, al mismo tiempo, espera que los vecinos y viandantes se animen a relacionarse más con su parroquia local, superando, sobre todo, los anonimatos y respetos de la gran ciudad, donde la gente no se conoce. Haselsteiner explica que cada parroquia debería poder explicar rápidamente (en web o carteles, o en persona) cuál es la persona de contacto rápido en su comunidad para los interesados.
La ciudad de Viena tiene 1,7 millones de habitantes, más otros 200.000 habitantes en su zona metropolitana. La diócesis en sí cubre una población de casi 3 millones de habitantes, de los que un 40% se declaran católicos, aunque podrían ser más, con un porcentaje que evitan declararse oficialmente así para evitar el impuesto religioso austriaco, parecido al alemán.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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