Ania, niña polaca diagnosticada con una grave malformación cardíaca y alta probabilidad de síndrome de Down, superó un pronóstico fatal tras nacer gracias a un milagro. A sus padres les recomendaron realizar un aborto. Su historia, destacada por la fundación Grupa Proelio, inspira un mensaje pro-vida: ningún niño debe ser privado de oportunidades, incluso ante diagnósticos médicos adversos.
More Stories
Algunas ideas para no sobredimensionar el papado
Zanchetta está de vuelta en Argentina para cumplir lo que le resta de condena
El obispo Barron con Tucker Carlson: «La IA es aterradora, o tiene una base moral o es Frankenstein»