Dame tiempo Señor para que el mundo, la enfermedad y los agobios de la vida no me aparten de Ti.
Dame tiempo Señor para gozar y recrear mi alma en tanta belleza gratuita como me has regalado.
Dame tiempo Señor para contemplar los campos, saborear el agua, oler las flores y mirar las aves del cielo.
Dame tiempo Señor para seguir tus huellas y ojalá mi torpeza no las haga borrar.
Dame tiempo Señor para adorarte, alabarte y gozar de Ti.
Dame Señor tu tiempo para crecer en santidad, muriendo cada día un poco más.
Dame Señor tu tiempo y enséñame Maestro a caminar por donde Tú caminas.
Dame Señor de tu agua viva para colmar mi sed de Dios.
Amen.
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
More Stories
Una peligrosa epopeya (sobre todo) para hombres
Las contradicciones de la supuesta lucha contra la pornografía infantil en plataformas legales
León XIV ofrece al Vaticano como sede para negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania