Ante la imagen de la Inmaculada, se empieza diciendo.
Ave María Purísima
Sin pecado concebida
Por la señal….
Señor mío Jesucristo….
Bendita sea La Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen Maria, Madre de Dios.
1 padrenuestro. 4 Avemarías, y un gloria.
Bendita sea….
Padrenuestro. 4 Avemarías, gloria
Bendita sea….
1 padrenuestro. 4 Avemarías, y un gloria.
Bendita sea…
1 padrenuestro. 4 Avemarías, y un gloria.
Bendita sea tu pureza Y eternamente lo sea Pues todo un Dios se recrea En tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa Virgen Sagrada Maria Te ofrezco desde este día Alma, vida y corazón Mírame con compasión; No me dejes, Madre mía
Oración a la Santísima Virgen
Ave, blanca azucena de la resplandeciente y siempre tranquila Trinidad; ave, bellísima rosa de celestial amenidad de quien quiso nacer, y de cuya leche quiso alimentarse el Rey de los Cielos; dignaos alimentar nuestras almas con influencias celestiales. amen.
Felicitación y Súplica
Oh Inmaculada Maria, yo os doy mil parabienes uniendo mis alabanzas con las de todos los espíritus celestes y justos de la tierra, por él gran privilegio de vuestra Concepción Purísima, Doy también gracias a la beatísima Trinidad, por el gozo grande que causo a la Santa Iglesia en la solemne declaración dogmática de este admirable Misterio. Y por la suma complacencia que disteis en vuestro primer instante al que tanto se digno enalteceros, suplicoos aceptéis estos pequeños obsequios, en compensación de los agravios que vuestro divino Hijo y vos recibís cada día de los hombres.
Pongo confiadamente en vuestras manos las necesidades de la Iglesia y del Estado, y os pido por el Sumo Pontífice, por la exaltación de la fe, destrucción de los errores, conversión de los pecadores, reforma de las costumbres. Prosperidad de todas las misiones católicas, en especial el bautismo de los niños, así fieles como infieles, expuestos a morir sin él, y por el aumento y propagación de vuestra devoción.
Suplico también concedáis a todos, y en particular a los que os tributamos esta cordial felicitación, grande amor a Jesús y un afecto filial hacia Voz , perfecta pureza de alma y cuerpo y el don precioso de la perseverancia final. Todo lo dejo en vuestras manos, y del todo me consagro a Vos; y os suplico finalmente, que en retorno de esta visita nos visitéis y consoléis igualmente a las benditas almas del Purgatorio, pero en especial a las de aquellas que durante su vida practicaron esta felicitación.
Logremos todos los que aquí nos asociamos para felicitaros, la dicha de asociarnos también en el cielo, para ensalzar eternamente el gran misterio de vuestra Inmaculada Concepción.
OH Maria sin pecado Concebida, rogad por nos que acudimos a Vos
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