En su alocución dominical desde la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio del día (Mc 13,24-31), centrándose en el contraste entre «lo que pasa y lo que permanece». En su mensaje, el Pontífice animó a los fieles a no temer las tribulaciones y a confiar en la promesa eterna de Cristo, recordando que «mientras todo pasa, Cristo permanece».
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