29/11/2024

Frutos

En la vida es normal sentirse vulnerable o desprotegido, pero aún así debemos seguir adelante con la confianza de que, si obramos con amor y honestidad, las puertas se abrirán. Un ejemplo sería cuando una persona busca un trabajo o emprende un proyecto nuevo. Muchas veces, lo que se tiene es poco o casi nada, pero hay que lanzarse sin tener la certeza de lo que vendrá, confiando en que, si se camina con rectitud y humildad, todo se irá dando. Y si no se da lo que uno espera, al menos se estará dando algo más grande: una vida que elige ser vivida.

Este pasaje del Evangelio nos habla del envío de los setenta y dos discípulos a anunciar la llegada del Reino de Dios, pero lo hace con una sencillez y una confianza total en la providencia divina. Jesús les pide ir ligeros de equipaje, confiando en que todo lo que necesiten les será proporcionado en el camino. Lo que llama la atención es el mandato de ir “como corderos en medio de lobos” y no llevar nada extra, solo la paz y el mensaje de salvación. Porque, ¿qué más necesita uno que la esperanza en que, pase lo que pase, Cristo le ha salvado?

Jesús también les dice que donde no los reciban, no se preocupen, que sigan adelante. A veces, cuando las cosas no salen como esperamos o no somos bienvenidos en ciertos ambientes, es fácil frustrarse o perder la paz. Sin embargo, este evangelio nos invita a no quedarnos en esos lugares de rechazo, sino a sacudirnos el polvo y continuar, confiando en que el Reino de Dios sigue estando cerca, aunque otros no lo vean o no lo acepten.

Hoy Jesús te hace una invitación a vivir con desapego y confianza, poniendo tu mirada en lo esencial: la misión que cada uno tiene en la vida y la certeza de que, si actuamos con paz y amor, los frutos vendrán a su tiempo. ¡Aunque no sean los que esperamos!