«Al principio mi experiencia me alejó de Dios. Me era difícil confiar y volver a Él. ¿Dónde estaba Dios cuando mataron a mi padre, cuando me torturaban? Tras mi proceso de sanación, encontré respuestas a mis preguntas. He aprendido que Dios nunca me ha abandonado. Pese a todo lo que he sufrido, seguiré confiando en Él y le serviré durante el resto de mi vida»
More Stories
Italia aprueba la ley que convierte la gestación subrogada en delito universal
Los obispos noruegos y más de 30 comunidades cristianas rechazan la ideología de género y abogan por la verdad bíblica
VENID, JESÚS NUESTRO SEÑOR