En Hiroshima se celebran unas jornadas interreligiosas sobre la Inteligencia Artificial y la Ética para la Paz (AI Ethics for Peace, ligado un encuentro previo, la Llamada de Roma por una Ética de la IA) que promueve la Santa Sede junto con representantes del mundo judío y musulmán, delegados de religions orientales, la FAO y delegados de varias grandes empresas informáticas.
El Papa ha difundido este miércoles su mensaje al encuentro, que reitera cosas que ya dijo a la reunión de políticos del G7 de hace pocas semanas: «Lo que hace la máquina es una elección técnica entre múltiples posibilidades y se basa en criterios bien definidos o en inferencias estadísticas. El ser humano, en cambio, no solo elige, sino que en su corazón es capaz de decidir«.
El mensaje del Papa recuerda que el hombre cuenta con la «sabiduría», un tema que, dice, trata la filosofía griega y la Sagrada Escritura. «Condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si priváramos a las personas de la capacidad de decidir sobre sí mismas y sus vidas condenándolas a depender de las elecciones de las máquinas. Necesitamos garantizar y proteger un espacio de control significativo del ser humano», insiste, citando su discurso al G7 del 14 de junio.
Consciente de la simbología de Hiroshima (la ciudad donde la tecnología, la bomba atómica, logró matar más personas en menos tiempo) el Papa reiteró también su preocupación por «el desarrollo y uso de dispositivos como las llamadas armas letales autónomas, para prohibir su uso, comenzando por un compromiso activo y concreto de introducir un control humano cada vez mayor y significativo. Ninguna máquina debería elegir jamás si quita la vida a un ser humano».
También pidió «incluir en la gobernanza de las inteligencias artificiales las riquezas culturales de los pueblos y las religiones es una clave estratégica para el éxito de su compromiso con la gestión inteligente de la innovación tecnológica».
Reportaje de 3 minutos de DW sobre armas letales autónomas, de 2023:
La participación vaticana en Hiroshima
En la ciudad japonesa participa el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, que inauguró la jornada de dos días. «En Hiroshima, lugar de altísimo valor simbólico, invocamos con fuerza la paz y pedimos que la tecnología sea el motor de la paz y de la reconciliación entre los pueblos», dijo.
El sacerdote Paolo Benanti, religioso italiano y uno de los pioneros del estudio de las implicaciones éticas de estas nuevas fronteras de la tecnología, presentó el Addendum de Hiroshima (aquí en PDF en inglés) sobre la inteligencia artificial generativa, un nuevo texto que pasará a integrar el Rome Call for AI Ethics (elaborado en 2020), profundizando esta dimensión que hoy representa la nueva frontera de este desarrollo tecnológico.
Los representantes de distintas religiones firmarán un documento que pide normas éticas en el desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial. Se firmará en el Parque Memorial que recuerda a las de la bomba atómica estadounidense de 1945.
Encuentro en Hiroshima de las Jornadas AI Peace Ethics, participadas por el Vaticano con representantes de empresas y religiones.
Portavoces de distintas religiones
En el encuentro inaugural, el monje budista Yoshiharu Tomatsu, presidente de la asociación Religions for Peace Japan, avisó de que con la IA nacen hoy «nuevas y poderosas herramientas» que pueden ayudar a la paz, o debilitarla. «Nos comprometemos a mantener nuestros compromisos para promover la inclusión y el respeto recíproco para todos”.
«La cooperación, la solidaridad y el trabajo común son necesarios para afrontar los desarrollos de la inteligencia artificial, en los que se mezclan intereses, daños y beneficios, para garantizar que sus sistemas y productos no sólo sean técnicamente avanzados sino también moralmente válidos», añadió por su parte el musulmán mauritano Abdallah Bin Bayyah, presidente del Foro por la Paz de Abu Dabi y del Consejo de los Emiratos Árabes Unidos por la Fatwa.
“Como personas de fe, tenemos la responsabilidad única de infundir a nuestra investigación sobre la IA claridad moral e integridad ética. Utilizamos la IA no sólo como instrumento para el progreso, sino también como un medio para profundizar nuestra relación con lo divino y fortalecer nuestro camino espiritual”, afirmó el rabino Eliezer Simha Weisz, miembro de la Comisión del Gran Rabinato de Israel para las relaciones interreligiosas.
Portavoces de las grandes tecnológicas
«Hiroshima constituye un telón de fondo apasionante para contribuir a garantizar que una tecnología creada por la humanidad esté al servicio de toda la humanidad y de nuestra casa común», dijo el presidente de Microsoft, Brad Smith, uno de los primeros firmantes del Rome Call for AI Ethics.
«La IA es una tecnología que tiene implicaciones en todos los países, sectores y sistemas de valores, y sus beneficios deberían tener impacto en toda la humanidad”, agregó Darío Gil Alburquerque, nacido en Murcia (España), vicepresidente senior y director de investigación de IBM.
«Garantizar la más amplia participación posible es un paso fundamental hacia un enfoque global hacia la IA responsable», dijo Dave West, President of Asia Pacific, Japan, and Greater China de Cisco.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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