Si nos acercamos al Museo del Prado podemos contemplar el magnífico cuadro de Correggio Noli me tangere, en el que se representa la aparición de Cristo Resucitado a María Magdalena (Juan 20, 11-18). Esta escena ha sido representada también por otros autores a lo largo de la historia: Duccio di Buoninsegna, Fra Angelico, Bronzino, Pontormo, Tiziano, Alonso Cano, etc. Sin embargo, la obra de Antonio Allegri da Correggio (1489-1534) ha pasado a la historia como un tratamiento realmente acertado de esta escena. Giorgio Vasari sentenciaba: «Tened por cierto que nadie tocó los colores mejor que él, ni con mayor belleza o más relieve pintó artífice alguno mejor que él, tal era la suavidad de la carne que hacía y la gracia con que terminaba la obra». También el gran pintor Anton Rafael Mengs en sus Obras (Madrid, 1797) lo alaba como uno de sus maestros, junto a Rafael y Tiziano.
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