Pese a las visitas de representantes de la Santa Sede y de la diócesis de Hong Kong a Shanghái, la situación del obispo Ma Daqin, bajo restricciones desde 2012 por rechazar la Asociación Patriótica, no ha experimentado ningún cambio oficial. La espera de los fieles continúa a falta de respuestas claras por parte de las autoridades religiosas y civiles.
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