La icónica catedral de París no solo es un imán para turistas, sino también un espacio de conversión. Según el obispo auxiliar Emmanuel Tois, muchos visitantes llegan por curiosidad histórica, pero se van conmovidos por la presencia de Dios.
La icónica catedral de París no solo es un imán para turistas, sino también un espacio de conversión. Según el obispo auxiliar Emmanuel Tois, muchos visitantes llegan por curiosidad histórica, pero se van conmovidos por la presencia de Dios.
More Stories
El Vaticano anunciará la canonización de ocho nuevos santos
El presidente de Argentina, Javier Milei, se reúne con el Papa León XIV en el Vaticano
México se convierte en el país más peligroso para los sacerdotes católicos