Durante la misa celebrada en el Vaticano este 1 de enero, solemnidad de Santa María Madre de Dios, un grupo de niños con atuendos de Reyes Magos eran saludados por el Papa y sorprendían a peregrinos y asistentes. No era una simple puesta en escena navideña. Los pequeños representan una Iglesia a veces poco visible pero que existe en países como Alemania, Austria o Suiza y que se dedican a evangelizar las calles llevando la buena nueva a los hogares de católicos y no creyentes.
El grupo de niños, pertenecientes a la iniciativa «Die Sternsinger» -en español, la traducción literal sería cantantes de estrellas- provenía principalmente de Alemania, Suiza, Eslovaquia y Hungría. Acompañar al Papa en su primera misa del año es algo semejante a una tradición en esta iniciativa que se remonta, al menos, hasta 2001.
Lo cierto es que estos pequeños se cuentan por miles en el centro de Europa. En Suiza son unos 10.000 y según medios como Catholic News Agency, hasta cientos de miles recorren las calles de diferentes países del continente europeo cantando villancicos conforme termina el año.
También llevan a cabo una obra social de relevancia, pues con sus cantos y alegría también recaudan fondos para niños necesitados a través de otras organizaciones, como Missio-Infanzia.
Robert Baumann, uno de los responsables de «Die Sternsinger», explica cómo en recuerdo de la Epifanía, los niños disfrazados de Reyes Magos caminan por las calles en procesión hasta los distintos pesebres. También llevan la bendición de Dios a los hogares, escribiendo en las puertas de las casas que visitan y se lo permiten las letreas C+M+B -las iniciales de Christus mansionem benedicat, Cristo bendiga esta casa”, seguidos de los números del nuevo año.
«Los niños cantores de villancicos proclaman la buena noticia del nacimiento de Jesús y traen la bendición y el mensaje del Evangelio a todas las personas, incluso a aquellas de otras religiones, a quienes no han sido bautizados o no tienen contacto con la Iglesia católica», explica Baumann.
Un grupo de niños cantores son saludados por el Papa Francisco en San Pedro del Vaticano este 1 de enero.
Su labor evangelizadora ha sido reconocida internacionalmente. También la benéfica: los cientos de millones de euros recaudados y destinados a otros niños en situación de necesidad les ha valido el reconocimiento del presidente o el canciller de Alemania, también del Papa Francisco.
“Muchos niños no tienen las mismas oportunidades que nosotros. Pasan hambre o no pueden aprender un oficio. Me encanta ser un `cantante estrella´, así puedo ayudar a estos niños”, mencionó el pequeño Louis, de los Sternsinger presentes en la misa del Vaticano, junto con con Melanie, Lukas y Annina.
En 2004, los Sternsingers fueron galardonados con el Premio de la Paz de Westfalia en Münster y en 2015 fueron incluidos en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, informó Baumann.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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