Vaya con el Valle… En la reciente Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal en Madrid, hemos visto grupos de personas que con buena intención exigían a los obispos un compromiso para evitar la profanación, desmantelamiento y la llamada «resignificación» de aquel espacio monástico presidido por una inmensa cruz. Los obispos fuimos correctos con los que con desigual mesura nos increpaban. Entendemos sus razones y compartimos su preocupación. Pero no era esa la sede en la que exponer sus protestas, exhibir sus pancartas y arengar sus proclamas en un singular piquete informativo. Con respeto los saludábamos al entrar y al salir de la Conferencia, advirtiéndoles que a nosotros también nos importa la deriva que podría tener ese espacio monástico donde la memoria cristiana reza por la paz mientras pide para todos los caídos el eterno descanso.
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