Los actos más heroicos fueron auspiciados por una descarga de entusiasmo que se apoderaba del hombre y lo transformaba por un momento en alguien más grande que él mismo, que lo elevaba a cimas de su propio espíritu hasta entonces desconocidas.
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(373) Novedad editorial: La Madre de Dios, Corredentora (del p. Carlos Spahn)
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