Ayaan Hirsi Ali, adolescente islamista en Somalia, luego activista atea, diputada en Holanda, politóloga hoy en California, ha sido el plato fuerte de la primera sesión del 26º Congreso Católicos y Vida Pública, en la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Profesora de Políticas en Harvard, la revista Time la consideró una de las 100 personas mas influyentes del mundo... antes de hacerse cristiana. En una ocasión, por criticar el Islam, le quitaron un premio en una universidad de Boston.
El público le preguntó por su mensaje para la Iglesia Católica en Europa. «Mi mensaje es: ¡que las iglesias católicas de Europa compitan por la mente y el corazón de los inmigrantes! El cristianismo es más atractivo. ¡Empezad a competir!»
Ella ha emigrado dos veces y ha vivido en tres continentes, y en tres opciones de fe distintas. Pero ¿con quién compite el cristianismo? Con dos grandes rivales: el Islam y el vacío materialista que pronto lleva a ideas absurdas y dañinas.
Ayaan Hirsi Ali es politóloga, y su propuesta política es combatir al «multiculturalismo» y fomentar un «nacionalismo cívico» y lo que llamaba «nationhood», que sería el «carácter de nación». Nunca usó la palabra «patriotismo», «nationhood» es intraducible (¿nacionidad?) y «nacionalismo» en España suena peligroso, seas de izquierdas, de derechas o de centro (excepto para los militantes de los nacionalismos gallego, catalán, vasco o imitadores, que solo consideran peligroso el nacionalismo español).
Como le insistieron por ese concepto, lo detalló: «Nacionalismo cívico es un compromiso con el Estado y la Constitución. En España sería la Constitución española. No hablo de nacionalismo de sangre y tierra basado en etnia o raza». Se parecería a lo que en España muchos llaman constitucionalismo (lo que llevaría a debatir las debilidades de tal o cual Constitución y su aplicación real).
Ayaan Hirsi Ali, con su presentadora, Patricia Santos Rodríguez, de El Debate y la ACdP (foto de Elijah G.F.).
Ahora es cristiana
Ayaan, que de adolescente fue musulmana fervorosa, «dispuesta al martirio», dijo, huyó de Somalia y de esa religión escapando de un intento de matrimonio forzoso. Fue una activista atea muchos años, como parte de su denuncia de los horrores islamistas, pero sin saber casi nada del cristianismo. En 2023 anunció que se había bautizado y ahora era cristiana.
Lo que propone políticamente es insistir en la «lealtad al Estado, a la Constitución, a la idea de que todos son iguales ante la ley, que somos inocentes hasta que se pruebe la culpabilidad, con un Gobierno limitado y que protege estos valores».
Contra eso, hay personas, a menudo bienintencionadas, que «se consideran pluralistas, que hablan de diversidad», que dividen a la población por género, clase, sexualidad, etnia, origen y piden aplicar la justicia según grupos, no individuos. Son multiculturalistas, dicen que los blancos heterosexuales son privilegiados por sistema y los otros siempre víctimas y que el sistema debe ser corregido por sus injusticias de siglos. A Ayaan, mujer negra y emigrante, le parece un desastre de propuesta.
«Globalismo y multuculturalismo son dos caras de la misma moneda; usan órganos internacionales para hacer avanzar sus objetivos. Cuando un país choca con las presiones globalistas, es respondido con desdén, se le acusa de nostálgico, eurocéntrico, xenófobo, etc… Hay personas que no son nacionalistas étnicos, sino constitucionales: quieren la igualdad de derechos entre todos los ciudadanos, no según su raza u origen. Hoy estos los nacionalistas constitucionales defienden la ciudadanía».
De hecho, ya la mayoria de lideres europeos renuncia a la etiqueta ‘multiculturalismo’, y eso es bueno, dijo, pero fomentan lo mismo con otras etiquetas. Incluso en Canadá hoy ‘multiculturalismo’ se e ve ya como una cosa mala.
Ayaán pronunció sus ideas ante una sala llena, teniendo delante al Nuncio Bernardito Auza, al arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráez (consiliario de la ACdP) y a la cúpula de la Asociación Católica de Propagandistas, pero sin políticos en la sala, aunque sí algunos ex políticos, como María San Gil, codirectora de este congreso.
María y Ayaan comparten la experiencia de haber sido amenazadas por grupos terroristas y vivir con escolta y precauciones especiales durante años.
Ayaan Hirsi Ali en su encuentro respondiendo a preguntas de los periodistas en San Pablo CEU (foto de Elijah G.F.).
Prepara un libro sobre su conversión
Antes, la politóloga somalí mantuvo un encuentro con periodistas y respondió algunas preguntas.
Explicó que su marido, un historiador que creció ateo, en una familia sin religión alguna, se bautizó con ella, y con sus dos hijos. «En mi vida personal encuentro las enseñanzas de Cristo muy liberadoras, dan sentido de paz. Hay quien me dice: deberías ser de tal denominación, o tal otra… pero aún no he avanzado tanto como para elegir entre denominaciones».
Enseguida dejó lo personal (remitió a los interesados a un libro-testimonio que está escribiendo) e insistió en su mensaje: el mundo va mal, los jóvenes están muy perdidos, y solo el cristianismo aporta sentido común.
«Cuanto menos cristianismo, más crisis social, más confusos están los jóvenes, más enganchadas las chicas a las redes sociales, más chicos pensando en el suicidio. En las familias cristianas, todo eso casi no existe. A nivel civilizatorio, vemos el declive de Occidente, en relación con otras potencias, como China, Rusia (que se quiere apoyar en la Iglesia Ortodoxa) y el Islam que quiere conquistar el mundo».
Sobre el Islam, ve líderes occidentales de tres tipos:
– «el que piensa que el Islam es insignificante, una molestia menor, porque económica y militarmente Occidente es más fuerte»;
– «el que ve el problema, pero, desde una disonancia cognitiva, piensa que se arregla hablando de diálogo y conversaciones«;
-y líderes europeos que hacen campañas sobre este tema, «piden asimilar musulmanes y cerrar fronteras; estos líderes ahora van creciendo; tenemos a Meloni, a Wilders en Holanda, en Francia es más complicado; Alemania tiene sus particularidades. Pero se encuentran con la oposición del establishment. En EEUU, cuando cambia el poder, hay transformaciones reales; en Europa, no, porque el sistema es distinto y está la Unión Europea. Creo que es la sociedad civil la que debe hacer el cambio: desde la comunicación, las iglesias y las escuelas, para conducir a los líderes».
Como signos esperanzadores y cambios recientes, señala que «se ha prohibido al movimiento Hermanos Musulmanes en Arabia Saudí, Egipto, Bahrain y otros países. Eso me anima: es el movimiento islamista más exitoso, de los que piden que todas las sociedades las gobierne la Sharia. Allí donde se establece intenta crear su propia versión de sociedad musulmana».
Otra cosa que le anima es que el pueblo de Irán odia vivir bajo la sharia y lo contará cuando caiga el régimen de los ayatolás, «antes o después». «La gente de Irán lo contará, dirá lo que fue vivir 40 años así«.
Otra cosa que aprecia es que con Trump en el poder se trabajará mejor contra el islamismo radical. «Si se vence militarmente a Hamás y colapsa el régimen iraní, habrá una des-hamasización de Oriente Medio, y eso está bien. Ya hay personas musulmanas que piden ignorar todos los elementos políticos del Islam actual, rechazarlos. Pero lo que no me gusta es que los islamistas disminuyen en Oriente Medio pero van a Occidente donde aprovechan la libertad de expresión e ideológica para crecer».
Pero si a los periodistas les habló mucho del Islam y sus peligros, en su ponencia habló más bien de la ideología multiculturalista.
«Costó siglos crear el Occidente actual, con su estabilidad y prosperidad», advirtió. Durante años ya, el comunismo y la izquierda han establecido un dogma de ‘diversidad’. Con la etiqueta ‘multiculturalismo’ hoy se vende mal, porque la gente ve que implica muchos gastos, que implica integrar multitudes.
«Pese a las buenas intenciones de muchos, esa supuesta ‘diversidad’ al final tiende a caer en el tribalismo. Me dicen: ¡pero mira los movimientos de extrema derecha! No niego que existan grupillos marginales, pequeños, con cero poder político, de nacionalistas extremos. Pero es la ideología de la diversidad la que hace crecer el tribalismo y fragmentación de la sociedad», puntualiza la activista.
Enseñar a los hijos lo que es bueno y lo que no
Occidente desiste de enseñar a sus (escasos) hijos lo que es bueno y malo cristianismo, mientras el Islam anuncia que conquistará Occidente con su demografía. «Y si criticas al Islam te acusan de islamofobia», protesta.
En general, la sociedad vive en una fantasía inconcreta. «Hay una hostilidad a la idea de hacer contabilidad, de rendir cuentas, de hacer números», protesta.
Además, mucha gente «se encierra en sus cámaras de eco» (habla solo con los que piensan igual) y evitan el debate argumentado. Así se debilita la moral de las naciones y sus defensas, mientras Irán, China y la Rusia de Putin odian a Occidente y quieren su crisis económica y moral.
Ell pide «un cristianismo asertivo, que difunda y aplique las enseñanzas de Cristo, y que en las escuelas se enseñe el ethos cristiano que hizo extraordinario a Occidente. Hay que revertir el declive demográfico, ayudar a los jóvenes a casarse y fundar familias. Y no podremos hacer nada de eso si no nos organizamos para lograr mayorías». Y alabó el título del congreso: «Pensar y actuar».
La ponencia del Nuncio: esperanza y compromiso
El Nuncio del Papa en España, el filipino Bernardino Auza, recordó, citando a un autor británico, que en 2000 años de Historia de la Iglesia hubo 3 grandes crisis: quién es Dios (arrianismo, monofisitas, etc…), la crisis de la Reforma protestante (qué es la Iglesia) y la crisis actual que se pregunta qué es el hombre.
Las crisis son como voces que dicen por donde hay que moverse, advirtió. Reconociendo tener familia china, citó el famoso refrán: «dicen que los chinos cuando se habla de crisis dicen que no es problema, sino oportunidad. El Magisterio anima a la esperanza y al compromiso, son nuestras herramientas ante la crisis». También dijo que «pese a las construcciones artificiales que desfiguran al hombre», hay fuerza y esperanza en la búsqueda de Dios, en Jesucristo, y en el matrimonio y su amor abierto a la vida.
Después citó Dilexit Nos, la encíclica del Papa sobre el Sagrado Corazón: «en este mundo líquido es necesario apuntar al corazón, fuente y raíz de potencias, convicciones, pasiones, elecciones…» Y cita Proverbios: «con todo cuidado, vigila tu corazón porque de él brotan las fuentes de la vida». El corazón, como la voluntad y la inteligencia, también debe ser educado.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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