El Niño no encontraba un lugar dónde nacer, abramos nuestros corazones, abramos nuestros hogares al Dios Niño. Que encuentre en nuestra familia un refugio de amor y mostrémonos fieles a nuestro Redentor que nace entre pajas mientras los ángeles entonan sus coros celestiales en su honor.
En estos tiempos que el mundo desprecia su ley, sean nuestros hogares sitios donde encontrará acogimiento, fidelidad y amor.
CATOLICIDAD desea a todos sus lectores-amigos que, en esta fecha, el Dios Niño los inunde de gracias y bendiciones y que sean aprovechadas grandemente para beneficio de sus almas y bien de sus familias. ¡Feliz Navidad!
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