Se estrena este viernes en cines de España Hispanoamérica, con el subtítulo «Canto de vida y esperanza», un documental emocionante de dos horas llenas de música y belleza visual (que reseñamos aquí).
Su director, José Luis López-Linares del Campo (Madrid), ya tuvo un gran éxito en 2021 con España, la primera globalización, que fue el documental más visto ese año en salas de cine, logró el Premio Bravo y otros y luego llegó a multitudes en Internet y televisión. Tanto La primera globalización como Hispanoamérica son películas que hablan de cosas inmensas, de una civilización hermosa y valiente, que se construye en varios continentes durante 3 siglos y más. ReL entrevistó sobre eso a López-Linares en el reciente congreso «Hispanoamérica» en la Fundación Rafael del Pino.
– ¿Qué aprendimos del público que fue al cine a ver España, la primera globalización?
– Su agradecimiento y su acogida, sorprendentes. Muchos decían que la película les despertaba, que daba esperanza, que compartían algo que intuían… Esa película fue posible por el mecenazgo de 1.600 personas que la apoyaron. La de ahora ha contado con casi 4.000 mecenas. Mucha gente invitaba a sus amigos a verla, los llevaban al cine. Los que la vieron varias veces dicen que en nuevos visionados puedes profundizar, porque la verdad es que La primera globalización trata muchos temas.
– Habría también malas críticas…
– ¡No tuvimos malas críticas! Alguna mala crítica nos habría venido bien, para hacer polémica. Sólo hubo algún bloguero con alguna mala crítica. Esperábamos mucha contestación contra nuestra tesis de fondo. Lo que hicieron los contrarios es guardar un gran silencio.
– No sé, ¿qué dijo, por ejemplo, el periódico El País?
– Durante mucho tiempo, El País no dijo absolutamente nada. Pero cuando pasaron dos años, y RTVE emitió la película, y también en la versión online, y la volvió a emitir, una vez la versión corta, y tres veces la versión larga, y así llegó a 1,2 millones de espectadores... Bueno, eso ya era demasiado para ellos. Se quejaron entonces, pasados dos años, en dos artículos, ¡que cómo podía Televisión Española poner cosas así!
– Eso demuestra que estas películas viven en varias etapas, dan fruto durante años…
– Es importante apoyarlas yendo a la sala de cine, pero luego sigue su vida, con los extras, con las versiones largas, con vídeos de fragmentos… Piensa que una entrevista muy interesante de 20 minutos pueden ser apenas 3 minutos en la película, pero luego la podemos recuperar en otra plataforma.
López Linares filmando en Quito para Hispanoamérica.
– Hispanoamérica, la película, está llena de música, de escultura, de arquitectura… pero el arte de la lengua española, sus poetas y literatos a ambos lados del Atlántico, apenas aparecen…
– No fue una decisión premeditada. Es cierto que la música tiene mucho espacio en Hispanoamérica. En una película de dos horas no cabe todo. Quizá en otra película pongamos más literatura, sí.
– De hecho, en La primera globalización se mencionan muchos más personajes con nombre y apellidos, pero en Hispanoamérica el protagonista parece coral, la Hispanidad misma…
– ¿Sí? No nos habíamos dado cuenta. Son películas distintas. Por ejemplo, en La primera globalización la Leyenda Negra estaba muy presente. En esta otra, ya creo que la damos por superada. El que aún no se haya enterado es su problema. Tenemos que avanzar. En esta tenemos el doble de historiadores que en la anterior, y el 90% son americanos. En la otra había americanos, pero eran mayoría los españoles. Hemos querido muchas voces distintas, muchos acentos distintos del español.
– También en Hispanoamérica vemos más exteriores, más paisajes…
– No lo he comparado, pero eso sí es intencional. Hay más exteriores porque tiene dos pilares: la música y el arte. Y ambas cosas las encontramos en plena selva de Bolivia con la escuela del Ensamble de música barroca. Buscamos transmitir lo que hemos descubierto en América, no solo a los peninsulares, también a los americanos. El espectador peruano a lo mejor no sabe lo que hay en México.
– ¿Por qué no hay narrador?
– No hacía falta, hablan los historiadores, las imágenes… Hay otras películas en las que sí he usado narrador. Pero aquí habla la gente.
– Saltamos del seco desierto de Nuevo México a la húmeda y verde selva amazónica…
– Sí, queremos confundir un poco, sorprender, mostrar que Hispanoamérica es lo mismo, es el desierto de Nuevo México, es la selva, es Michoacán, es Cuzco… queríamos esa mezcla de lugares, saltando, sin orden…
– ¿Usted leía tebeos de niño?
– Sí, claro. El TBO, Hazañas Bélicas…
– Pero incluso en esa época en España no había tebeos sobre aventuras en Hispanoamérica, en la Hispanidad…
– Nosotros estamos planeando una serie de dibujos animados. Incluso hicimos una propuesta. Sería como la de Érase una vez el hombre, pero con personajes de la Historia de América. Pero nos falta financiación, claro. Érase una vez el hombre era negrolegendaria.
López-Linares se tira entre los olivos de Jaén buscando un encuadre perfecto.
– Hispanoamérica me parece que es más espiritual, más religiosa incluso, que La primera globalización…
– Sí, es más espiritual en todo, en montaje, en rodaje… Es como ir a comprar al mercado: no sabes muy bien lo que vas a traer aunque sabes donde vas.
»Yo sí tenía intención de hacer algo más espiritual, porque en la anterior casi no tratamos la evangelización de América. Y luego hay cosas no previstas. El avemaría cantado en la laguna no estaba previsto, ni esa mariposa que llega allí. ¡La mariposa no está programada!
– Oímos canciones populares conocidas a ambos lados del Atlántico, pero la música culta del filme es casi toda religiosa y mariana…
– Sí, es cierto, eso está buscado.
– ¿Qué dice la película de los misioneros de aquellos siglos?
– Tuvieron que ser una gente increíble. Esa selva del Amazonas es inhóspita incluso hoy, pero ellos en una generación llevaron a las poblaciones del Neolítico a formar orquestas barrocas. Es extraordinario. En esa época, para asentar a todo un territorio ¡mandaban a 4 frailes! Llegamos a la misión de San Sabá, en Nuevo México, y tenían la bandera de la Cruz de Borgoña. No la pusimos nosotros, la tenían allí. La hazaña de la evangelización fue algo extraordinario.
– Al final hay como unos fogonazos de escenas de devociones populares en España y América…
– Sí, con el Corpus en Cuzco, en Perú, con cosas de Semana Santa de Jaén… Grabar eso fue extraordinario. En Cuzco mirabas por la ventana y pensabas que podías estar, no sé, en Cáceres, en Extremadura.
Hernán Cortes recibe a los doce primeros franciscanos hace ahora 500 años; esta escena emociona al cineasta (aunque no es esta la imagen clásica que usa en la película, sino una moderna de Miguel de Bertodano).
– ¿Qué momento le emociona más de Hispanoamérica?
– Sin duda, el avemaría en la laguna, extraordinario. Por eso sale al final. Me encanta la base instrumental que añadió Jorge Magaz bajo lo que cantaba Jessica, la cantante.
»También me parece emocionante un momento histórico que recogemos, que justo ahora cumple 500 años: cuando Hernán Cortés se arrodilla ante los 12 franciscanos, y toda la nobleza tlaxcalteca queda asombrada. Tuvo que impactarles ver que se arrodillaban ante frailes pobremente vestidos. El cuadro de ese momento lo pintó Miguel de Bertodano para la película.
– El cuadro también incluye a un fraile mercedario, según vemos por su hábito…
– Sí, es fray Bartolomé de Olmedo, que acompañó a Cortés durante la conquista. Él fue quien bautizó a las princesas tlaxcaltecas, a los primeros cristianos de Nueva España. Así nació un mundo nuevo.
Para saber más de la película y cines donde verla:
hispanoamericalapelicula.com
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
Vivir en una sociedad “light”
La Iglesia en España ayuda a cerca de 4 millones de personas al año con su actividad social y asistencial
Tolerar insultos, ridiculizaciones y estereotipos religiosos puede derivar en actos de violencia